Trauma Reproductivo

La infertilidad y los tratamientos de infertilidad forman parte de lo que se denomina “trauma reproductivo “ y junto con el duelo,el dolor y la pérdida pueden provocar una crisis existencial . Porque el trauma reproductivo no se trata « sólo » de no poder concebir, sino que pone en cuestión la identidad personal, la autoestima, el autoconcepto y rompe en pedazos lo que se llama la historia reproductiva: la idea inconsciente que cada uno de nosotros llevamos acerca de la maternidad/ paternidad y el convertirse en madre/ padre desde la infancia y la adolescencia, hasta la edad adulta.

 Otro aspecto del trauma es la pérdida reproductiva, que se refiere a todas las pérdidas que pueden suceder mientras se busca un embarazo: desde los ciclos de IVF fallidos, la pérdida del embarazo, aborto espontáneo, reducciones embrionarias, muerte perinatal, muerte fetal, etc. que en la mayoría de las ocasiones debido a que las personas están inmersas en un proceso para concebir no han tenido ni el tiempo ni el espacio para hacer el duelo y a veces no es una sola pérdida sino varias pérdidas no lloradas acumuladas que están ahí causando un dolor invisible a veces retardado que bajo cualquier otro detonante pueden estallar ,a veces años después otras veces en forma de depresión .

Todos los aspectos de la vida de una persona pueden quedar afectados con el trauma reproductivo : las relaciones familiares, las relaciones personales, incluyendo la relación íntima con la pareja que puede verse alterada y cuestionada debido a los tratamientos prolongados, las citas estresantes y los cambios de humor que se producen debido al trauma de la infertilidad, los medicamentos y los tratamientos .

Saber que se está atravesando un trauma puede ayudar a reconocer la profundidad de sus sentimientos y a comprender y aceptar mejor por qué se siente de esa manera. En el Instituto conocemos y tomamos en cuenta todas las dimensiones del trauma reproductivo ofreciendo ayuda profesional, compasiva y comprensiva

TRATAMIENTOS DE FERTILIDAD Y TRAUMA REPRODUCTIVO

Uno o más ciclos de FIV fallidos y/o tratamientos de fertilidad en su conjunto están asociados con experiencias traumáticas . Aunque la FIV es una oportunidad para las mujeres o parejas que padecen infertilidad no deja de ser un procedimiento desafiante a nivel emocional y físico :  las pruebas invasivas y a veces dolorosas, los efectos secundarios de los tratamientos hormonales,  los ciclos fallidos, los abortos espontáneos, las reducciones embrionarias o una combinación de estas experiencias dejan a la mujer y/o a las parejas drenadas y agotadas emocionalmente.

 Pero además la mayoría de las personas llegan a los tratamientos de fertilidad después de haber transitado un camino dónde ya se ha tenido que lidiar con fuertes emociones y el shock de haber recibido un diagnóstico de infertilidad . En la mayoría de los casos , y al menos durante mínimo un año , las personas en tratamientos de fertilidad ya han estado viviendo antes fuertes emociones de depresión, tristeza, ansiedad, ira , vergüenza , frustración , etc.  Y además las fuertes emociones negativas se han visto constantemente detonadas en su día a día al experimentar contacto con parejas con hijos, con mujeres embarazadas , y a veces con desafortunados comentarios o preguntas de su entorno cercano acerca de la maternidad . Todo este contexto provoca muchas personas cuando llegan  a los procedimientos de FIV ya sufren trauma reproductivo y pueden haber desarrollado un trastorno de estrés postraumático.

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RELACION ENTRE TRAUMA REPRODUCTIVO Y DEPRESIÓN POSTPARTO

En ocasiones la mujer, la pareja consigue un embarazo después de haber transitado un duro camino hasta lograrlo. Tal vez ha lidiado durante meses otras veces durante años con toda la carga. el dolor y la frustración de la infertilidad ,ha atravesado procesos a veces de IA y de FIV ha experimentado y sufrido las fuertes emociones que conllevan : esperanza, ansiedad , frustración, impotencia ,tristeza y duelo cada vez que el deseado embarazo no se producía y todo ello de manera reiterada y cíclica

Si al final de todas estas luchas consigue el embarazo y un hijo o hijos sanos, es fácil pensar que todo lo vivido hasta ese momento ha quedado de largo compensado por la experiencia vital de la maternidad largamente soñada, buscada y finalmente conseguida y en algunos casos es así , pero en muchos otros toda la tensión emocional sufrida durante camino hasta conseguir el objetivo está ahí ,latente y cuando el bebé o los bebés nacen y la mujer se enfrenta a la maternidad con el cambio radical de vida que representa, la preocupación por el bebé, las noches sin dormir, toda esta acumulación de situaciones emocionalmente intensas , sumadas a las ya vividas y no procesadas pueden llevar a la la mujer a sufrir un trastorno de estrés postraumático donde a veces la depresión es un síntoma o a veces una depresión postparto .

TRAUMA REPRODUCTIVO Y PÉRDIDA DEL EMBARAZO

Cómo se procesa la pérdida de un embrión ? O de un bebé que nunca existió?  Cómo se aflige uno completamente cuando está en medio de un intento por concebir?

Cuando una mujer sufre una pérdida fetal o embrionaria se experimenta tan profundamente como la muerte literal de un niño. El embrión es visto como la encarnación de las esperanzas de la pareja de ser padres; es su hijo biológico y perderlo trae un inmenso dolor .

Pero no siempre existe el permiso para llorarlo como tal , a veces  las mujeres que han sufrido la pérdida de un embrión viable expresan haber sentido intensas  emociones de dolor, pérdida y fracaso que no siempre pudieron ser expresadas y eso en lugar de favorecer el natural proceso de duelo puede haber convertido este doloroso evento en trauma :  la pérdida del embarazo puede ser causante de trauma, especialmente cuando la mujer o la pareja no se dan el permiso de llorarlo , a veces porque están inmersos en un tratamiento de fertilidad y deben seguir adelante con el próximo ciclo lo que les impide entregarse al duelo , otras porque en un intento de seguir adelante y de no enfrentar el dolor , se intenta minimizar,

Pero lo cierto es que la experiencia de la pérdida un embarazo , en cualquiera de sus estadios incluida la” reducción embrionaria “ son eventos traumáticos que necesitan ser tratados como tales y para integrarlos se hace necesario reprocesar todas las emociones, sensaciones asociadas que se sufrieron antes, durante y después del evento, así como las creencias que de forma automática se formaron a raíz del evento traumático . El objetivo es disminuir su fuerte carga traumática que permita a la mujer y/o a la pareja digerirlo e integrarlo y continuar con su proceso de duelo .

EL TRAUMA DURADERO DE LA INFERTILIDAD

La infertilidad constituye para la mayoría un suceso devastador en los planes de vida El sueño de convertirse en padre, que a menudo se cultiva sin cuestionamientos desde la infancia , de repente no se desarrolla de manera natural o no se materializa en absoluto. Sin embargo, el drama de la infertilidad se suele vivir en aislamiento, las mujeres o las parejas no comparten con nadie su dolor y a nivel social existe muy poca conciencia de las devastadoras repercusiones de no poder concebir, incluso entre los profesionales y terapeutas.

Los efectos de la infertilidad provocan un sumatorio de rupturas, de desconexiones : ruptura de uno mismo y de la narrativa de vida porque la infertilidad afecta profundamente a la identidad : si ser “ “feliz”, como nos repiten innumerables mensajes a nuestro alrededor, significa “tener una familia” o “tener hijos”, ¿puede un individuo sin hijos “realizarse” alguna vez? ¿Puede una mujer (o un hombre) sin hijos ser una “mujer (hombre) (real)”? No poder tener un hijo también suele provocar un dolor comparable al duelo: no solo ha muerto el hijo imaginado —de hecho, en cada llegada del ciclo menstrual—, sino que también ha muerto el yo como madre/padre, la experiencia de haber vivido un embarazo y un parto junto con el futuro imaginado como familia, los nietos que vendrán, todo el mundo de hitos de la vida que todos los demás experimentarán y que uno se perderá. Con la diferencia de que este duelo puede continuar indefinidamente porque no hay un cuerpo que enterrar ni una sensación de cierre. La falta de hijos también redefine las relaciones: aunque luchar contra la adversidad puede fortalecer los vínculos entre las personas, muchas parejas se desintegran como resultado de la crisis vital provocada por la infertilidad . Además de esto, cuando el contacto con los niños duele y, uno a uno, la mayoría de los amigos se van perdiendo al formar “familias”, muchas de las personas sin hijos pueden experimentar con el paso de los años, un aislamiento cada vez mayor . Esto alimenta una sensación de alienación y exclusión en una sociedad que gira en torno a los padres y sus hijos .

Todas estas rupturas con la “normalidad” conducen a una erosión radical de la autoestima entendida como la ambición, la capacidad y los recursos para imaginar una “buena vida” para uno mismo y perseguirla. La infertilidad tiene repercusiones psicológicas y físicas tan graves en las vidas de las personas afectadas que cada vez se poseen más evidencias del claro vínculo que existe entre la infertilidad , el trauma y el TEPT  (trastorno de estrés postraumático ) de facto en muchas personas el trauma  limita su capacidad de imaginar y llevar prácticamente una « buena vida » , Las personas afectadas presentan en general  : « poco placer del contacto social » y una sensación de « distanciamiento » de otras personas, hasta dificultad para concentrarse, « obsesión » con las sensaciones corporales, tener « sueños angustiosos », una sensación de que la vida está « en suspenso, indefinidamente ».